Con el calor llegan los días de piscina y playa, y el momento de que volvamos a insistir en los riesgos para la piel de una excesiva exposición al sol. Y es que además del empeoramiento estético, aumenta la incidencia del cáncer de piel, de ahí que debamos tener siempre presente las recomendaciones que os damos para prevenir su aparición y que éstas no caigan en saco roto.
Los rayos solares, además de broncearnos la piel, pueden causarnos quemaduras y un envejecimiento prematuro de la piel si no se toman las medidas oportunas para prevenirlo.
Claro ejemplo es el de esta imagen, un hombre de 69 años, camionero de profesión, que durante los 28 años que estuvo al volante recibió los rayos ultravioletas a través de la ventanilla izquierda de su vehículo, penetrando en las capas de la epidermis y la parte superior de la dermis. Esta exposición tan repetida ha generado un engrosamiento de la epidermis y destrucción de las fibras elásticas; de ahí la más que evidente diferencia entre el lado izquierdo y derecho de su cara.
Viendo esta imagen resulta más que evidente que el sol es nuestro mayor enemigo frente al envejecimiento de la piel.
Nuestra piel comienza a envejecer en torno a los 25 años de edad. Los efectos del paso de los años es un proceso inevitable, pero en nuestras manos está que disminuyan los signos visibles del envejecimiento cutáneo.
Para ello debemos analizar nuestro estilo de vida y revisar los diferentes factores que afectan a la piel:
- Evitar la excesiva exposición al sol. El daño que el sol causa en la piel es acumulativo y su deterioro es irreversible. Tanto es así que se estima que el 80% del envejecimiento prematuro de la piel es consecuencia de los efectos dañinos de los rayos ultravioletas. La exposición prolongada y diaria al sol y sin la protección adecuada, ya sea en verano como en invierno, favorece el fotoenvejecimiento (arrugas, pérdida de densidad y luminosidad y pérdida de volumen)
- Dejar de fumar. Fumar hace que disminuya el flujo sanguíneo y, en consecuencia el oxígeno y los nutrientes necesarios para la piel. Asimismo, el colágeno y la elastina, encargadas de dar firmeza y elasticidad a la piel, se ven dañadas.
- Limpieza e hidratación de la piel. Diariamente practica una rutina de limpieza, cuidado e hidratación de la piel.
- Dieta saludable. Los antioxidantes como la vitamina C y E, así como la vitamina A y la vitamina B, son particularmente importantes para mostrar una piel sana. Incorporando frutas y verduras frescas a tu dieta diaria, obtendrás resultados sorprendentes. Del mismo modo se recomienda evitar la ingesta excesiva de alcohol.
A pesar de todo, no podemos frenar el paso de los años y nuestros genes tienen un factor determinante. Es entonces cuando entra en juego la cirugía de rejuvenecimiento facial; existe una gran variedad de técnicas: la blefaroplastia (cirugía que permite corregir el exceso de piel que aparecen en los párpados superior e inferior, aportando una mirada más rejuvenecida y eliminando el aspecto de cansancio), el lifting facial y cervical (técnica quirúrgica que permite tensar los músculos faciales, eliminar el exceso de grasa y redistribuir la piel de cara y cuello, aportando un efecto rejuvenecedor y recuperando la vitalidad que habíamos perdido), el lipofilling (procedimiento que permite corregir arrugas profundas y pliegues con el relleno de la grasa del propio paciente, a la vez que mejora de la calidad de la piel de la zona en donde se ha insertado). Siempre que se hace una valoración, el Dr. Cagigal la hace de forma global, para conseguir los mejores y más armónicos resultados haciendo un diagnóstico completo y teniendo siempre presente los deseos del paciente.