El cuello es una de las zonas del cuerpo que más delata la edad y es que, además de restar juventud, un cuello poco estilizado puede ser un indicador de sobrepeso, convirtiéndose en un problema que afecta a la estética personal más que incluso las líneas de expresión.
La papada o doble mentón se produce con cierta frecuencia a partir de los 40 años, debido a la acumulación de grasa bajo la barbilla, la flaccidez de la piel del cuello y/o la falta de tonicidad en la zona.
Podemos distinguir dos tipos de papada:
- Papada por exceso de tejido adiposo (grasa). Más propia de las personas con exceso de peso, no se consiguen grandes resultados recurriendo exclusivamente a la dieta, ya que el cuerpo identifica esta zona como de almacenamiento energético y el organismo eliminará antes el exceso de grasa de otras partes del cuerpo.
- Papada por descolgamiento o exceso de piel. Característico de las personas que han perdido peso de forma brusca y personas de edad avanzada.
La predisposición genética juega un papel importante, ya que hace más propensos a tener papada a quienes tienen progenitores con doble mentón; sin embargo, unos buenos hábitos podrían minimizar sus efectos e impedir que se acumulara grasa debajo del mentón.
Dependiendo del caso, el tratamiento será diferente:
- Cuando la grasa se acumula en la zona sin que haya flacidez en el cuello y la piel aún tiene elasticidad suficiente para volver a adherirse a la musculatura, recurriremos a la liposucción. Para ello deberemos hacer una pequeña incisión bajo el mentón por donde introduciremos una cánula muy fina que nos permitirá aspirar la grasa de la zona. También es frecuente hacer incisiones laterales para tratar toda la región cervical y mejorar los resultados. Esta intervención se lleva a cabo generalmente con anestesia local acompañada de sedación; al no requerir ingreso hospitalario, la persona podrá irse a casa tras un tiempo breve de recuperación. La recuperación es rápida y en raras ocasiones aparecen hematomas, en cuyo caso irán desapareciendo en los días siguientes. Es recomendable el uso postoperatorio de una banda elástica que aporte presión a la zona y disminuya la inflamación postoperatoria.
- A partir de los 40 la piel está más flácida y va perdiendo la capacidad de adherirse a la musculatura, por lo que es posible que además de la liposucción se requiera un lifting de cuello, que nos permitirá reposicionar los tejidos y redefinir el cuello y la mandíbula retirando el tejido sobrante mediante incisiónes fácilmente camuflables. Esta intervención, si bien puede hacerse con anestesia local acompañada de sedación, se opta normalmente por anestesia general dada la seguridad y confort que aporta al paciente. En estos casos, deberá permanecer ingresado una noche y se le dará de el alta al día siguiente una vez el Dr. Cagigal haya comprobado que no hay incidencias. Durante los días siguientes a la intervención se debe llevar una faja compresiva que favorecerá una recuperación más óptima. Tras la cirugía la zona permanece inflamada y suelen aparecer hematomas que desaparecen antes de las dos semanas; si bien se puede hacer vida normal a los 15 días, los resultados definitivos no podrán valorarse antes del tercer mes.